Poema: Vendrá Federico - Umberto Senegal

 



VENDRÁ FEDERICO


Si Lorca viene oculto entre caracoles rosados…

¿con la voz, la boca o la mano de cuál marinero

le convenceremos para que salga

y siembre, entre el otoño, otro romance?

Si la caracola donde Lorca viaja

viene rota y vacía, y llega desteñida,

¿buscaremos a Federico sobre puntas marchitas

de los corales, o jugando con arena

en una playa desolada?

Si Lorca viene sobre una antigua balsa

de alhelíes, ¿preguntaremos por el jardín

donde cultivan esas flores,

o perfumaremos nuestros dedos,

estrujando hojas de eucalipto

y romero para darle la bienvenida?

Si encalla en la playa,

-y la espuma no calla-

un bote tallado en ébano

que en su transparente quilla

tiene bordados los ojos de Penélope,

y nadie viaja en él, solo el libro

Poeta en Nueva York,

¿la emprenderemos a gritos

contra las olas, o abrimos el libro

y leemos poemas al azar?

En voz alta, el Pequeño vals vienés.


Si Lorca viene por el mar,

cualquier mar de consonantes

que se dejen rimar,

sabremos que es él.

Aunque venga herido de amores huidos,

alzando los brazos y tocando castañuelas

con ostras húmedas.

Si Federico decide llegar

muerto, como acostumbra vivir

desde lo sucedido en Granada,

¿le amortajamos con hilos de seda azul

o con retazos de algas?

Miremos bien estas bandadas de gaviotas.

Si traen atados sus picos

con alambre, y sin embargo en su aleteo

escuchamos música de romances,

o algún comienzo de elegía,

es porque alguien, algo o alguno,

se lleva a Federico empujándolo por la espalda.

Si Lorca no llega, por favor,

no lloren sobre el mar para no salar

más el agua ni aumentar más

lo que nos queda del mar.


Umberto Senegal, Calarcá - Quindío.





Comentarios